Emcesa reducirá un 10 % su desperdicio en un año y revalorizará el 70 % del no evitable

Con KPIs públicos trimestrales y trazabilidad SANDACH, la empresa alinea su plan con la Ley 1/2025 y refuerza la seguridad alimentaria. El programa abarca desde recepción a distribución, con mejoras en FEFO, control de mermas y auditorías internas para elevar la eficiencia operativa en el sector cárnico

El 70 % del desperdicio no evitable se destina a reutilización o valorización: lo aprovechable en planta se reintroduce en producto y los subproductos clasificados como SANDACH se retiran mediante un gestor autorizado para su valorización externa

Además, optimiza logística y envasado para evitar devoluciones y mantiene donaciones regulares al Banco de Alimentos de Toledo, consolidando un modelo productivo más sostenible y competitivo

Emcesa refuerza su hoja de ruta de sostenibilidad con la implantación de un Plan Integral de Reducción del Desperdicio Alimentario, que abarca desde la recepción de materias primas hasta la distribución del producto final. El objetivo: reducir un 10 % el desperdicio evitable en 12 meses y revalorizar el 70 % del no evitable, garantizando en todo momento la calidad y la seguridad alimentaria.

La sostenibilidad no se limita a reducir emisiones: implica aprovechar cada recurso y minimizar los desperdicios”, señala Javier Mancebo, director general de Emcesa. “Con este plan reforzamos nuestro compromiso con el planeta y con los consumidores, demostrando que una producción responsable es posible sin renunciar a la excelencia”.

El plan parte de un diagnóstico detallado del proceso productivo —con diagramas de flujo y análisis de puntos críticos— para identificar pérdidas por caducidad, almacenamiento, defectos de envasado o devoluciones. A partir de ese análisis, la compañía ha implantado mejoras en todos los eslabones críticos del proceso, estandarizando procedimientos, reforzando el control de porciones, rendimientos y mermas, y optimizando la verificación de temperaturas, fechas y condiciones del producto, además de garantizar la correcta rotación FIFO/FEFO y el mantenimiento de cámaras frigoríficas.

El 70 % del desperdicio no evitable se destina a reutilización o valorización: lo aprovechable en planta se reintroduce en producto y los subproductos clasificados  como SANDACH se retiran mediante un gestor autorizado para su valorización externa (p. ej., alimentación animal), en cumplimiento del Reglamento (CE) 1069/2009. Para evitar que el residuo se genere en origen, la compañía ha optimizado la planificación logística, sincronizando caducidades y entregas, y ha rediseñado el envasado para reducir daños y devoluciones.

El plan se apoya tanto en la implicación del equipo humano como en un seguimiento técnico basado en datos objetivos. Toda la plantilla recibe formación específica en buenas prácticas de manipulación, gestión eficiente de materias primas y sensibilización frente al desperdicio. El avance se mide con auditorías internas trimestrales y un cuadro de indicadores que monitoriza el porcentaje de merma por etapa, los kilogramos de desperdicio por kilogramo producido, los costes asociados, el porcentaje de reutilización o revalorización y los kilogramos donados.

En el plano social, Emcesa mantiene una colaboración estable con el Banco de Alimentos de Toledo, con donaciones mensuales de productos aptos para el consumo que contribuyen a reducir el desperdicio y apoyar a familias vulnerables.

Estos avances se integran con los hitos ambientales ya consolidados por la compañía: en 2024, Emcesa evitó el consumo de 1.080 MWh de energía y 2.370 m³ de agua (según metodología PEF 3.1 de la Comisión Europea) y registró un ahorro hídrico un 7 % superior a la media del sector cárnico, además de un 51 % más de ahorro energético que el segmento de platos preparados. La compañía ha incorporado, además, su primer vehículo 100 % eléctrico en su flota logística.

En el contexto nacional, España redujo en 2024 el desperdicio alimentario un 4,4 % (1,125 millones de toneladas; 24,38 kg per cápita). Con una meta inicial del 10 %, el plan de Emcesa más que duplica la tasa de mejora del país, situando a la compañía entre las más avanzadas del sector cárnico en eficiencia operativa y economía circular.

De este modo, Emcesa consolida un modelo de producción más eficiente, circular y alineado con las metas europeas de desperdicio cero para 2030.